Hace algo más de un año y después de atravesar algunas circunstancias vitales que te provocan una de esas crisis de rompe y rasga, terremoto donde los haya y de las que tienes que remar contra todo a fuerza de empujones y collejas, decidí romper con lo que tenía, con mis días anteriores, con el espacio que ocupaba y recoger cuatro cosas para trasladarme a vivir a Granada y comenzar casi por debajo de cero.
Una tarde de un 6 de septiembre despedía en la estación de autobuses a mi hermana y mi sobrina que nos habían acompañado en los primeros días de acondicionamiento y en el momento de agitar la mano de la despedida asumí la nueva situación. Llegaba a una nueva vida, no conocía absolutamente a nadie, estaba sin trabajo, tenía 41 años y debía comenzar de nuevo de3sde la serenidad, pero en aquel momento lo único que veía eran los lagrimones que caían a borbotones.
Pero cada mañana, abría la persiana del cuarto y allí estaba el nuevo amanecer, la nueva luz, la elección propia, el instante presente y jubiloso de tomar un nuevo reto.
Hoy, algo más de un año después me siento un “granaíno” más. Rodeado de amigos, buena gente donde los haya, comenzando una nueva etapa laboral realmente apetecible, de la mano de mi querida Meri, hago gassho a todo y a todos. No pondré nombres porque vosotros sabéis perfectamente quienes sois y sois todos uno.
¿y por qué escribe éste estas cosas hoy?. Pues porque resulta que hace unos meses mandé el enlace de este blog a un concurso de El Ideal de Granada y mira por donde estoy de finalista y claro, ¿Quién me iba a decir a mi hace un año que estaría rodeado de tan buena gente y con tantas nuevas cosas para celebrar?.
Me he parado a mirar la página del periódico en su web y me ha venido todo el último año a la cabeza con la sonrisa del instante presente donde, una vez más, en gassho os doy las gracias por vuestro cariño y amistad.
A veces trato de dar un pescozón dialéctico en mis escritos, a veces los lleno de poesía, me enrabieto con alguna cosa o alabo desde la pasión otras, pero por encima de todo está el sentido último de la amistad y la comprensión porque hacer de este garito en el que vivimos un mundo mejor es tarea de cada uno de nosotros y para empezar siempre es bueno caminar con la sonrisa abierta.
Simplemente porque estamos.
Gracias