lunes, 19 de diciembre de 2011

Me traslado a Wordpress

martes, 22 de noviembre de 2011

Españolito que vienes al mundo...

Ahora que se ha puesto de moda la derecha, me permitiré robarle al caudillo (no se merece la mayúscula) una de sus frases más famosas, soltada la misma tarde en que la organización terrorista eta (las mismas mayúsculas que franquito) y no el Movimiento Vasco de Liberación (dada la moda de derechas le pongo mayúsculas porque así se las puso Aznar) ponía en órbita al que iba a ser sucesor del luego finado paquito; “No hay mal que por bien no venga”.


Es muy probable que alguien se moleste con esta chanza, pero tómeselo, tan solo, como un termómetro de su nivel de “paquismo” en las Españas democráticas que tan poco les gustan a ustedes, los que se dicen ganadores.


Y es que ahí está una de las claves de los resultados del 20N, un Partido Popular que tan sólo ha obtenido 160 mil votos más que en 2008, pero que ha mantenido “prietas las filas” gracias al desparrame ultra de su política de oposición (véase a Gallardón y Cia encabezando manifestaciones ultraderechistas contra la política antiterrorista del gobierno o a Mariano del brazo de los obispillos contra el aborto) y al inmenso poder mediático y económico, una fidelidad de voto por encima del 80%.


Pero hasta ahí puedo leer sobre un partido encabezado por un estudiantito de oposiciones, mientras media España se partía la cara contra la dictadura, un estudiantito remolón en lo que a relaciones sociales se refiere, que se ha permitido sestear en una cuerda floja a la espera de la inanición del contrario, apoyada por una caterva de neofascistas ultra liberales capitaneado por el oscuro poder golpista de intereconomía, la gaceta y compañía.


Pero la verdadera madre del cordero de estas elecciones ha sido, sin duda, la arrebatadora bofetada electoral que los socialistas nos hemos llevado al grito de “zasentodalaboca” que, como no puede ser de otra manera, nos ha dejado, por unas horas, con dolor en la nuca por el efecto de la colleja.


4.573.725 ciudadanos dejando de creer en nosotros son demasiados 4.573.725. 110 Diputados no es más que un golpe certero para parar, reflexionar y seguir en la lucha de lo que creemos y queremos.


No hay mucho que decir. Está la crisis, el cambio de era, la globalización que no acaba de asentarse, la izquierda perdida entre tanta red real y virtual y las nuevas generaciones a las que no se ha sabido mostrar el camino de los valores de progreso, solidaridad y respeto.


Y no hay mal que por bien no venga, porque ahora si es el momento de levantar la cabeza para encaminarnos hacia el nuevo socialismo del siglo XXI. Aquél que le pese a quien le pese, debe estar lleno de Política (esta vez sí que con desmesurada mayúscula) por encima de los mercados, de ciudadanía por encima de ombligos y de calles por encima de despachos.


Todos sabemos bien porque los ciudadanos nos han retirado su apoyo en estas circunstancias. No hay que echar balones fuera. Sería un grave error que nos hundiría aún más. Hay que aceptar y asumir la derrota y aprender de errores pasados.


No seré yo quien apoye a nadie que se ponga por montera el Partido y solicite por lo “bajini” o a voz en grito la cuchillada, el navajeo, la guillotina o el güantanamo. El PSOE es un partido centenario que tiene unos ideales claros y concisos y que hay que adaptar a la nueva realidad sin vendas, el PSOE es un partido de orgullo que tiene que ofrecer una nueva alternativa a los ciudadanos en una época diferente y claramente diferenciándonos de la derecha.


Para ello vamos a ir a la democracia interna. A la llamada a toda la militancia para que se exprese en libertad sobre quién debe liderar este nuevo cambio, sobre nuevos equipos, nuevas caras y nuevos valores, pero que a nadie se le olvide de dónde venimos porque en esta magna tarea nadie sobra.


Hemos errado en algunas cosas, pero le debemos al Presidente Zapatero unos años de orgullo con las mejores leyes en políticas sociales, con una Ley de la Dependencia como base del cuarto pilar del Estado de Bienestar y un talante digno de ser tenido en cuenta. La historia le pondrá en el lugar que se merece.


Le debemos a Alfredo Pérez Rubalcaba la gallardía de asumir la primera línea de fuego en el peor momento para nuestro partido y se ha partido la cara y bien por dejar claro de que van estos “modernos” de la derechona de siempre, y eso es justo agradecer de corazón, que para eso somos socialistas.


Muchos hemos sido los que hubiésemos preferido unas primarias en aquel momento, pero las circunstancias fueron así y así las asumimos todos. Todos hemos defendido las propuestas y las formas del “pelea por lo que quieres”, todos hemos dado todo nuestro corazón para decirles a los ciudadanos y ciudadanos que luchamos por lo que luchamos. Todos henos llenado salas, salones, Deportivos, teatros y plazas de toros. En ese sentido somos todos culpables de la derrota.
Nadie puede acusarme de “pelota” porque nunca he ocultado de dónde vengo y cuáles son mis raíces dentro del socialismo, pero en estos momentos todos somos uno.

Un PSOE centenario que, con el buen trabajo y la dedicación de siempre, volveremos a ganar la confianza de esos más de cuatro millones de personas que, por muchas razones, nos han dado la espalda en estos momentos.


Solo desde la unidad, el respeto, la coherencia con nuestra historia y la responsabilidad nos hará más fuertes y libres.

jueves, 3 de noviembre de 2011

Fiesta

Mal que le pese a algunos y algunas, hoy, a eso de las 12 de la noche, comienza la fiesta de la democracia. Durante 15 días los partidos políticos, órganos de la representación popular, garantes de la estabilidad democrática junto con la sociedad civil y una de las más importantes vías para la transformación de una sociedad viva, darán cuenta ante los ciudadanos de las propuestas que piensan llevar a cabo durante los próximos 4 años.


Es cierto que estamos viviendo un momento histórico, puente entre una civilización y otra con una crisis arrolladora y aberrante que no hace otra cosa que, día tras día, provocar la incertidumbre entre todos porque, en el fondo, todavía nadie sabe muy bien cómo salir de esta especie de bucle irracional en el que la codicia y el todo vale nos ha inmerso.


Pero en este contexto no todos son iguales. La dialéctica izquierda-derecha sigue más vigente que nunca, no tanto por el modelo de reformas que piensan hacer en los próximos años, sino por la finalidad de esas reformas y eso, en el fondo, es lo que se dirime el próximo 20 de noviembre.
Una derecha cavernícola, casposa, enamorada del modelo neoliberal más radical de Europa, abrazada a la Patronal que pide “sangre de currito” por los cuatro costados, ávida de vender hasta el último ápice de todo lo que huela a público frente a una izquierda que golpeada por los acontecimientos y, es cierto, aún perdida en esta vorágine, busca trabajar por el mantenimiento de un Estado de Bienestar que tantos años nos ha costado poner encima de la mesa, y busca, sobre todo, el bien común frente al de unos pocos…los de siempre.


El principal problema de cara al 20N, es que mientras el Partido Popular encarna desde el ala pseudomoderada de la versión centrista de una nueva Europa, a una cuna de un pastiche de ultraneoliberales y personajes siniestros de la ultraderecha social, económica, política y mediática que están dispuestos a cualquier cosa con tal de poner sobre la mesa sus atributos antidemocráticos para dar el golpe que haga falta con tal de mantener el rumbo de la privatización a ultranza, estamos ante una izquierda dividida en varios partidos políticos que se desvanece a la búsqueda de un voto hipercrítico que siempre pasa factura, aun sabiendo que en algunos momentos no ha habido más remedio que tomar algunas decisiones que, sin ser del todo acertadas, no buscaban otra cosa que evitar la hecatombe a la que, como estamos viendo, está abocada Grecia, por poner un ejemplo.


Hoy más que nunca, en estas cruciales elecciones, hay una línea clarísima entre la derecha y la izquierda y tú, con tu voto, vas a tener que decidir en qué lado del campo te sitúas. Votar en blanco, nulo o la abstención es agachar la cabeza y no hacer frente a lo que se viene encima.
Tenemos una gran democracia que, obviamente, y después de más de 30 años de recorrido necesita sus retoques y reformas para mostrar el deseo de lo que queremos que sea nuestra España de aquí a otros 25 o 30 años en un nuevo contexto global. Eso es lo que vas a decidir el día 20 de noviembre, si quieres una España vendida al mejor postor o una España de todos en la que compartamos el bienestar del que nos hemos dotado hasta hoy.


Cuando el domingo 20 de noviembre te levantes por la mañana, ten muy presente que el acto de ir a votar es gracias a mucha gente que ha muerto para que tú puedas ir al colegio electoral y depositar esa papeleta.


El día 21 de noviembre, sea el resultado que sea, hemos de hablar de la reforma de la constitución, de la reforma del Estado, de un cambio radical en la Ley electoral, de reformas en las organizaciones políticas, sociales, sindicales y empresariales y de tantas y tantas otras cosas.


Todo eso yo prefiero hacerlo con un gobierno progresista en el poder. Quiero poder exigir a un gobierno de izquierdas los cambios que son necesarios, quiero levantar la mano en mi partido para apostar por nuevas formas de hacer política, quiero que la gente del 15M siga haciendo propuestas y sentarnos a dialogar, quiero vivir en una España de paz social y en la que sigamos luchando a brazo partido porque casi cinco millones de ciudadanos y ciudadanas encuentren el empleo que se merecen en una nueva era que exige nuevos cambios, nuevos derechos, nuevas obligaciones y nuevas responsabilidades.


No quiero una derecha caciquil que vuelva a las andadas de sus mayorías absolutas, no quiero la humillación de sus gobernante que, cada vez que se arriman al poder, sacan sus armas de la degradación para hundir a la oposición mientras sueñan hacer realidad su España gris y antepasada.


Todo eso será posible según la papeleta que metas en la urna el 20N. Pero ahora, a partir de las doce de hoy, comienza la Fiesta de la democracia…esa que tanto soñaba mi abuelo desde los barrotes de una cárcel simplemente por soñar que un día, sus nietos, podrían, con su trabajo de defensa de la libertad, levantarse un domingo para ir a votar y tomarse después unas cañitas con la familia y los colegas.


Disfruta de la fiesta!!.

miércoles, 19 de octubre de 2011

Esperando La Paz

Compro y leo compulsivamente prensa desde que tenía 14 años. No miento, me avala un cuadernillo que hacia por aquella época con los recortes de prensa de todo el año y que guardo todavía como oro en paño. Desde entonces sueño con levantarme una mañana y poder comprar el periódico en el que a cuatro o cinco columnas y en ese tipo de letra de las grandes ocasiones titule “ETA abandona las armas”.

Tengo, como tenemos la mayoría de los españoles, la sensación de que voy a vivir ese momento con emoción más pronto que tarde. Nunca pensé en ese momento como un instante de felicidad, sino como un espacio de enorme responsabilidad como ciudadano demócrata. No expresaré alegría, sino silencio respetuoso para recordar con cariño y devoción a todos y cada uno de los muertos y heridos por la barbarie de tantos años.

Aquellos que son pelín más jóvenes que yo, no han conocido lo que era despertarse cada mañana con el soniquete de la radio anunciando que, una vez más, había habido una explosión en tal o cual sitio, o habían disparado a alguien en tal o cual calle. Aquellos que son pelín más jóvenes que yo no recordarán como en los años de la transición los guardias civiles y los militares eran enterrados casi a escondidas, ni recordarán los tristes sumarios de los telediarios, ni las portadas llenas de sangre de los 80 cuando ETA golpeaba un dia si y otro también, ni los apoyos de la Iglesia a los violentos…

Aquellos que son un poco más jóvenes que yo, no han visto como militares con la chaqueta llena de medallas levantaban el brazo cantando el cara al sol y el viva España (la España amenazante y llena de odio) a las puertas del Cuartel General del Ejército en la Plaza de Cibeles de Madrid.

Por circunstancias de la vida tengo amigos y conocidos hasta en los sitios más insospechados. Así que he temblado de terror cuando me sentaba en el coche de guardias civiles mientras metían la llave para arrancar, he ido en coches oficiales y he visto como policías de paisano rastreaban matriculas antes de poder pasar por un sitio o dejar a tu “jefe” en su casa, he escuchado como le dicen a alguien que aparecía en alguna siniestra lista y he tenido que perder contacto con algún amiguete por agrias discusiones acerca de la visión “desde el otro lado”.

Después de más de 40 años de horror yo se que estoy a punto de comprarme mi soñado periódico que guardaré con todo el respeto del mundo. Y daré secretamente las gracias a todos cuantos han hecho posible que eso ocurra y me da igual que sean del sitio que sean. Daré gracias por poder sentarme tranquilo en el coche de mi amigo Guardia Civil o de acompañar a alguien pasando por alguna calle en la que un coche en doble fila no significa que estés a punto de volar por los aires y daré gracias por volver a abrazar al amigo que perdí.

Es lo que tiene la paz. ¡Luego habrá que ir reconstruyendo tantas cosas!. Ya lo hicimos una vez…también ahora puede ser posible.

Yo sigo manteniendo mi euro y pico en el bolsillo para dárselo con esperanza a mi kioskero de ahora. ¡¡he tenido tantos!!

viernes, 14 de octubre de 2011

Crisis

Si comienzo este post avisando -más que diciendo- que estamos metidos de lleno en una crisis global, inmediatamente, quien esté leyendo esto pasará a pensar, seguramente sin pretenderlo, en términos solo y exclusivamente negativos.

Pueden tener una parte de razón, pero si te das una “vuelta” por el libro “El poder curativo de las crisis” de Stanislav Grof verás que, aunque enfocado en el despertar espiritual, los movimientos que denominamos crisis no tienen porque ser algo negativo sino que también tienen una buena parte de “emergencia” en el sentido de nuevo nacimiento hacia otra realidad que pueden no ser nada negativos si se sale de ellas “bien renacido”

De la misma forma, si acudimos a la definición que aparece en la wikipedia, veremos que crisis “es una coyuntura de cambios en cualquier aspecto de una realidad organizada pero inestable, sujeta a evolución; especialmente, la crisis de una estructura. Los cambios críticos, aunque previsibles, tienen siempre algún grado de incertidumbre en cuanto a su reversibilidad o grado de profundidad, pues si no serían meras reacciones automáticas como las físico-químicas. Si los cambios son profundos, súbitos y violentos, y sobre todo traen consecuencias trascendentales, van más allá de una crisis y se pueden denominar revolución”.

Dicho esto, en lo que estamos de acuerdo es que estamos atravesando una crisis que no es, ni más ni menos, que el cambio hacia una nueva era y que, como alguna vez he comentado por estos caminos del blog, es el tiempo de lo que los budistas llaman “el Bardo”, que no es otra cosa que ese espacio entre una realidad que acaba y otra que comienza. Y es en este espacio de tiempo donde las amenazas, las inestabilidades, las pérdidas de referencia y los miedos, pueden llevar a nuestro mundo a una revolución de involución que produzca más dolor que cura.

Nosotros, como ciudadanos del mundo, tenemos mucho que decir y hacer pero siempre desde la razón y la fuerza de un nuevo modelo de ciudadanía que esta naciendo y no desde la pasión de la sinrazón y la violencia.

Es momento para la protesta contra las injusticias, para alzar la voz frente a poderes oscuros que nos atenazan, para elevar puños de rabia contenida contra los especuladores y es tiempo también para descubrir nuevos caminos pero también para fortalecer otros que siguen siendo útiles aunque desde ámbitos interesados se haga continua mala prensa.

Las Organizaciones Políticas y Sindicales, nuestro modo y forma de representación de la ciudadanía y nuestra democracia que tanto costó poner en pie son criticadas con fuerza y muchas veces con demasiada pasión violentada. Algunas veces con cierta razón pero demasiadas veces con excesiva pasión producida por el descontento.

Yo defiendo y he defendido siempre la acción política como el noble arte de ofrecer tus días y tu tiempo a la dedicación por solucionar los problemas de tus conciudadanos y conciudadanas. Yo defiendo y he defendido siempre la Constitución como norma suprema del Estado, yo defiendo y he defendido siempre la figura de nuestro Rey como garante de una paz que tanto nos costó poner en vida (siendo un Republicano convencido pero egoísta) y yo defiendo y he defendido siempre la labor de hombres y mujeres que a través de organizaciones sindicales han trabajado y trabajan por la defensa de los trabajadores y trabajadores.

El problema es que en estos tiempos de “Bardo” y en ese espacio que comentaba antes donde impera el miedo, la inestabilidad, y la falta de referentes de todo tipo, se produce el “totum revolutum” para meter en el mismo saco todo aquello que nos huele a pasado, pensando en que todo lo que está por venir será mucho mejor cuando, bien lo sabemos si acudimos a la historia, no siempre es así.

Ahora es momento de exigir, de protestar, de imaginar un mundo nuevo, de pensar en nuevas formas de hacer las cosas, incluso de nuevas maneras de imaginar e incluso de ser y, sobre todo de estar; pero también es el momento de parar y templar para que desde la razón y la palabra logremos que esta crisis sea el germen de una sociedad más solidaria, justa y sostenible.

Todos y todas debemos poner sobre la mesa nuestro grano de arena para que esta crisis sea curativa y la mejor forma que nuestra democracia tiene es vehicular esas propuestas a través de Partidos Políticos y organizaciones que tengan o puedan tener representatividad para llevar a cabo una acción transformadora de nuestra realidad en un mundo globalizado.

En nuestro país nos metemos de lleno en una campaña electoral de gran calado. Es el juego democrático, es el derecho al voto por el que tanta gente murió para hacerlo realidad. Ya no es solo trabajo de cada cuatro años, claro que no, pero es buen momento para promover la participación, el diálogo y la razón para entre todos y todas y frente a esos oscuros poderes que tratan de subvertir el orden, hacer que el nuevo mundo que está al otro lado de esta incierta laguna que atravesamos sea, como decía antes, un mundo de Libertad, Igualdad y Fraternidad.

Necesitamos que esa salida de la crisis se haga desde posiciones de izquierda. Es necesaria la movilización de fuerzas, ánimos y deseos, para retomar el rumbo en nuevos caminos. Yo apelo a la unidad de la izquierda frente a los que batallan cada día por dar un golpe en la mesa y reventar muchos de los derechos que nos hemos dado como ciudadanos y ciudadanas desde finales de la II Guerra Mundial. Yo abogo desde aquí por la defensa de nuestro Estado del Bienestar y la defensa de los trabajadores y trabajadoras frente a los opresores, porque aunque pueda parecer arcaico, la realidad es que esto está ocurriendo aquí mismo…a tu lado.


miércoles, 17 de agosto de 2011

Federico no vive...lo fusilaron

Aún recuerdo la profunda emoción que me embargaba aquella tarde de un ya lejano –junio creo que fue- 1989, cuando después de leer la magna Biografía que de Federico García Lorca escribiera el hispanista Ian Gibson y con su “Guia a la Granada de Federico Garcia Lorca”, viajé desde Madrid y entré en el Parque de García Lorca en Alfacar para dejar un par de claveles en el monolito que recuerda que allí mismo, o en algún lugar cercano, están los restos de un gran Poeta y una Gran persona que murió a manos de los golpistas en Agosto de 1936, hoy, hace exactamente 75 años, junto a otros miles de ciudadanos y ciudadanas libres con nombres, apellidos y familias que los amaban.


Quien me iba a decir a mí que 22 años después de aquella primera visita -a la que siguieron muchas más en sucesivos años- (me enamoré de esta maravillosa tierra desde el primer instante en el que puse mis pies en ella) iba a estar, no solo viviendo en ella, sino trabajando además en Alfacar. ¡Las vueltas que da la Vida!


Lo triste es ver cómo, 75 años después, aquellas palabras de Federico que le costaron su vida “En Granada se mueve la peor burguesía de España” siguen estando presentes y siguen siendo reales. Es un pellizco a la razón y a la verdad observar como en esta tierra, la derecha sigue sin aceptar que en el año 36 una España golpista y carroñera ,se levantó en armas contra un gobierno legítimamente salido de las urnas. Es un pellizco a la decencia moral e intelectual ver como Concejales del PP como Juan García Montero son capaces de decir que Lorca murió “como consecuencia de la guerra”, casi parafraseando el vergonzoso acta de defunción de Federico redactado por los facciosos. Es un pellizco a la inteligencia escuchar revisionismos históricos que aseguran que los mismos que lo fusilaron dejaron a los familiares de Lorca llevarse el cuerpo. Es un vómito a la razón ver como se dan razones para no quitar del centro de Granada el monumento a Jose Antonio Primo de Rivera.


Y es que el problema que tiene la derecha granadina es que mientras no sean capaces de aceptar la verdad de la historia, sus homenajes no serán nunca creíbles porque Lorca no vive….lo mataron por “rojo y maricón” la madrugada de un 17 o 18 de Agosto de 1936, aunque algunos “investigadores” traten ahora de cambiar la historia intentando hacer ver que murió como consecuencia de ciertas “rencillas familiares”. Lamentable versión que la derecha está abrazando para, como en tantas y tantas ocasiones, darle una nueva vuelta de tuerca a la historia, para terminar culpabilizando a aquellos que terminaron en la fosa común, en el olvido de sus hogares o en el exilio.


75 años después Federico está muerto. Lo que realmente vive es el recuerdo de su obra, de su persona y de la crueldad de su muerte y la de tantos miles. De nosotros depende que la historia siga en pié. La historia real, no la que sigue interesando a una derecha que trata de ocultar la verdad con flores de plástico azul.

lunes, 20 de junio de 2011

Vayamos a pollas...

Esta tarde he dedicado un rato a pasearme entre las hojas del libro de Santiago Carrillo “La Crispación en España. De la Guerra Civil a nuestros días” que publicó Planeta hace un par de años; volumen que no solo recomiendo, sino que no estaría de más tenerlo como libro de cabecera en estos tiempos de tribulaciones en los que, como señalaba San Ignacio de Loyola, no conviene hacer mudanzas (para aquellos que ya estaban afilando uñas al ver el nombre de Santiago sin ser el apóstol, vean como en mi caso también me paseo por otros caminos).

He de confesar que ni a uno ni a otro he hecho mucho caso en momentos de mi vida, pero creo que ahora sí les he de escuchar con una mayor atención, cosa que les invito a hacer de aquí en adelante.

Digo esto porque llevamos ya unos años en los que en nuestro país, unas veces por unos y otras por otros (cierto es que es más veces por otros que por unos) venimos viviendo y ya casi padeciendo épocas de demasiados y altos excesos verbales contraindicados para una convivencia en paz y democrática.

En toda esa pugna de “a ver quien la tiene más grande” –la boca me refiero, claro está- desde el 15 de mayo pasado, tenemos un nuevo e importante elemento que se suma al “cántico español”, si bien es cierto, que con mucha razón, también hay que decir que con demasiada radicalidad en algunas propuestas y posiciones como en el grito del “no nos representan”.

Si le damos una vuelta a nuestra historia y no conseguimos sentir, al menos, un ápice de vergüenza ajena, es que no habremos avanzado tanto como pensábamos. Digo esto porque a mí, salvo en fotografía y en el símbolo del Yin y el Yan, el blanco y el negro como motor de cambio y expresión, no me va demasiado. Prefiero acudir a las diferentes tonalidades de grises o al maravilloso desorden de los colores de la psicodelia, el dadaísmo o el surrealismo que son los únicos que pueden componer la materia de la que nos vamos conformando día a día que no es otra que las ganas de vivir en paz y ser felices.

Y como no es todo negro ni todo blanco inmaculado, digo yo que ha llegado el momento de que, sin hacer enormes mudanzas, salvo las estrictamente necesarias, ni subir más peldaños en la crispación, vayamos exigiendo una nueva “mesa de hermanamiento” entre todos y todas: políticos, agentes sociales, económicos y demás donde podamos establecer unas nuevas líneas de juego que nos sirvan para que, al menos, sigamos disfrutando otros 40 o 50 años más de paz.

Hay muchas cosas por hacer y cada día que pasa va siendo más tarde.

Vayamos a pollas…..

Siempre habrá quien de fuera de nuestra querida Granada no entienda ni el título ni el final. Por si les sirve, cuentan de un Alcalde que cuando se enteró de que los de su mismo partido te estaban preparando una moción de censura, procedió a reunirse con ellos y les dijo “Me he enterado de que estáis de pollas, dejaos de pollas vayamos a pollas” y todos le entendieron. Pues eso