viernes, 16 de mayo de 2008

El futuro ya es hoy

Suena bien. Las primeras línea de la ponencia marco del PSOE para el 37 Congreso Federal que se celebrará en el próximo mes de julio apunta muchas cosas importantes y dignas de resaltar. Creo que es la primera vez que se escucha desde las filas de una organización política que el mundo está en pleno tránsito entre dos etapas históricas y esto es muy importante. Esas bases del cambio de las que el documento habla se traducen en otras tres líneas generales como son el cambio del modelo económico y tecnológico, el cambio climático y el cambio social y demográfico. Son tres vías para caminar hacia la nueva sociedad que se avecina.

Estamos en crisis. Una gran y enorme crisis. Decir esto no es ser un negativista y un pesimista de tomo y lomo. No señor. Es simplemente una verdad de Perogrullo y un encarar una realidad que nos ha invadido desde hace tiempo. Yo diría que desde la caída del muro de Berlín allá por el 89 (“no ha llovido ni ná”). Estar en crisis no quiere decir nada malo. Estar en crisis es evolucionar o estancarse, morir o salir adelante, ocultarse hacia el abismo o volver a respirar los aires nuevos. El cambio positivo de esta crisis es que, por primera vez en la historia de la humanidad, los pasos los dirigimos los ciudadanos. Es difícil entender esto, lo sé, pero debe quedarnos muy claro. En la era digital el poder comienza a emanar de los ciudadanos (Dense una vuelta por el libro “Micropoder. La fuerza del ciudadano en la era digital de Javier Cremades o machaquen –rotulador de colorines en mano- “Cibersociedad.Los retos sociales ante un nuevo mundo digital” de Luis Joyanes) y verán por donde apuntan los nuevos tiempos. Ya nada es lo que era aunque se piense lo contrario y alguien se aferre a los paradigmas por los que nos hemos regido desde la revolución industrial. Que no señor, que no, que esto es ya otra cosa.

Esa cosa es otra manera de pensar, de hacer, de solucionar, de vivir, de trabajar, de relacionarse, otra ética, menos ego y más conciencia. Miren ustedes, si la revolución industrial nos trajo el modelo social en el que hemos venido viviendo desde entonces, la revolución tecnológica viene a dejarnos otro modelo social que nada tendrá que ver con el anterior. Lo importante es saber liderar ese movimiento de cambio y creo que estos primeros pasos que se adivinan en la ponencia marco son de palmas y alegrías. Hay que estar atentos. Animar a todo el mundo a que en las agrupaciones se debata el documento, se aporten ideas, se rompan moldes y apostemos por un futuro para todos y todas. Muchos son los retos y poco el espacio del tiempo para ese cambio.
Es un soñar, pero también desde el socialismo utópico con Owen y sus comunidades armónicas, los Saint Simon, Fourier, Blanqui y Blanc se iniciaron las bases de muchas de las estructuras con las que hemos convivido hasta hoy.

No hace falta volverse un hippie del siglo XXI, ni inventar un nuevo mayo francés. Hoy, la gente mira hacia algunos aspectos de oriente buscando nuevas respuestas ante la crisis de la que hablaba al principio. No hace falta sentarse a la orilla del Ganges a practicar la meditación, que, por cierto, está muy bien pero sin aislarse. Miremos a nuestro alrededor más inmediato para cambiar el mundo.
Creo, sinceramente, que desde el Partido Socialista mucho se puede hacer por la apuesta de soluciones ante los nuevos retos. Trabajemos mucho y bien y dejemos a un lado aquellas conciencias egocéntricas que no mirar por el bien común sino por el propio beneficio. Vuelvo a los utópicos porque hay que lanzar nuevas ideas.

Para empezar hagan el favor de comprar lo último de Manolo García (el original, nada de copias, “saldremos a la lluvia” se llama) desconecten un poco y pongan atención a las letras. Por ahí va el tema.

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