domingo, 11 de mayo de 2008

El ladrillazo

“La patronal del ladrillo augura un millón de parados si el gobierno no interviene”. Esta afirmación aparecida el otro día en la prensa solo tiene una reflexión que hacer y es que la mafia del ladrillo mueve ficha. Un montón de personajes que se han forrado durante años explotando al máximo sus ganancias y estrujando a quien deseaba comprar un piso salen ahora con una chulería antidemocrática amenazando con la gran crisis y el enfrentamiento social si no se les deja seguir en su brecha preferida.

De todas las reflexiones que escucho, la más clara y convincente proviene de Solbes. La solución que quieren los ladrillistas del poder es ¡más madera!. Si por ellos fuese, En España habría que poner ladrillos hasta en el último rincón verde. Estos años de desenfreno y rapiña se tenían que acabar y curiosamente lo ha hecho un gobierno socialista. Aquí las matemáticas están claras. Gobierno del PP, los poceros se ponen las botas y algunos ciudadanos desalmados, que de todo hay en la viña del señor, se les vuelven los ojos de chiribitas verdes al olor de la cartera llena de forma rápida y barata. Gobierno del PSOE, las cosas se moderan y, aunque algunos preferiríamos algo más de radicalidad valiente en algunos temas, los chulos comienzan a flaquear y los ciudadanos casposillos que pretendieron forrarse subidos a la ola del pisito, se rasgan las vestiduras y claman al cielo con el aire sucio de que España se encamina hacia el infierno. Resulta que de estos últimos la mayoría camina por la calle con la oreja pegada a un transistor que emite unas copes de más y dejan el rastro de su sobaquillo sobre el lomo de la razón y el tufillo de un mundo que se piensa en verde.

Yo nunca me fié de quien promete duros a pesetas, de la felicidad de los chavicos, ni del oropel de los éxitos a costa de aplastar a otros. Las naranjas que prometen pepitas al no se cuanto por ciento, los sellos milagrosos que no pegan ni con cola y el maletín rellenito bajo el colchón sin dar un palo al agua es la inmundicia del capitalismo atroz. Cuando alguien se arruina después de meterse hasta las cejas en el ladrillazo, solo con el objetivo de amasar a mi me entra una risilla floja. No se debe regocijarse uno en la desgracia ajena, pero es que a veces algunos nos lo ponen a “güevo”.Y si hay más parados lo que habrá que hacer es invertir más en formación y trabajar en su reconversión. Más ciencia, más innovación, más sosiego, más ética, llenos los bolsillos de serenidad que vienen por delante nuevos yacimientos de empleo. ¿se acuerdan de la reconversión industrial?.

Ante las amenazas democracia. ¿Alguno de los grandes constructores piensa vender su yate por no llegar a fin de mes?.

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