lunes, 5 de mayo de 2008

Recuerde el alma dormida...

Tarde de domingo de prensa después de un día de cruces con muchos peros y una mañana con la vespa y mis amigos del vespaclub Albolote surcando los caminos de la sierra por donde antiguamente transitaba el tranvía. ¡Una delicia!.

En los papeles, la tinta discurrió por los mares de la noticia de la muerte del ExPresidente. Funerales de Estado para Calvo Sotelo como no podía ser menos y vuelta a las muchas notas y recordatorios. Me voy a los entrelineados que siempre son más suculentos y encuentro a Ansón diciendo, al recordar al Expresidente, que al parecer, “le asustaba el rumbo que había tomado España” desde que los socialistas, con Zapatero a la cabeza, habían vuelto al poder de la única manera que los socialistas saben hacerlo que es ganando democráticamente las Elecciones. Aznar se despacha diciendo que “siempre apoyó la decisión de nuestro partido de sumar todas las voces democráticas que, desde un sereno amor a España, intentan representar la voluntad de esa inmensa mayoría de españoles que no se sienten ni socialistas ni comunistas ni separatistas” y en otro periódico recuerda que “los españoles le vimos respaldar, en compañía de otros cientos de miles de ciudadanos, las manifestaciones de las víctimas del terrorismo contra la negociación política del Gobierno socialista con los terroristas”. ¿Dónde quería llevar a España el Señor Sotelo?, ¿quizás a la Italia postfascista de Berlusconi , por cierto buen amigo de Zaplana?

A mi me parece muy bien que un ExPresidente sea honrado con esos funerales de Estado, que se le tenga un recuerdo de servicio a España y todas estas cosas pero que no se nos olviden algunos puntos, no se nos vaya la cabeza con aquello de que una vez muerto todo son parabienes. El Señor Calvo Sotelo fue claro representante de la oligarquía que se dedicó a defender las prebendas y los intereses de los poderosos que es lo que ha hecho la derecha siempre. Que a los que estuvieron con Franco una vez muerto este no les quedó otro remedio que ponerse la capa de la democracia (Don Leopoldo participó en las partidas de la porra que intentaron boicotear el estreno de Gilda), que declaró su continuo apoyo a Aznar y a su política -¿guerra de irak incluída?, ¿se opuso a la conspiración pepera del 11-M?- y que perteneció a una derecha que es conciliadora mientras no vea mermadas sus “posesiones”.

Homenajes pues vale, pero cada cosa en su sitio. ¿Qué diremos llegado el momento de Aznar, Fraga, Zaplana, Pujalte, la Aguirre o Acebes? Por cierto, lo de Bono besando el anillo del Cardenal Rouco en la mismísima puerta del Congreso no tiene nombre. ¿estamos perdiendo el norte?. Y Manuel Vicent que ayer en su columna dominical de la contraportada de El País deja claro que un mal día lo tiene cualquiera…¿o también se avergüenza de que Dalí, Lorca, Alberti, Hemingway y demás fuesen unos enamorados del noble arte del toreo?. Y un quitarse el sombrero ante D.José Tomás, que esperemos se recupere para tenerlo en Granada. Vamos que al final me tenía que haber quedado en la sierra y haberle devuelto los periódicos a mi amable kioskera.

Pues eso y recuerden que

Nuestras vidas son los ríos
que van a dar en la mar,
que es el morir;
allí van los señoríos
derechos a se acabar
y consumir;

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