martes, 20 de julio de 2010

Miserias

Vaya por delante mi admiración por la obra de Luis Rosales y mi absoluta devoción por “La Casa encendida” que, junto a “Poeta en Nueva York” de Federico García Lorca y la magna biografía de éste último que escribiera Ian Gibson y que publicó Grijalbo en su primera edición allá por los años 80, tienen un lugar preferente en mi biblioteca y serían, sin duda los tres libros (cinco volúmenes) que me llevaría a una isla desierta caso de tener que optar por una decisión tan radical después de hartarse uno de ver a tanto “ilustre” comentando lindezas e intentando remover la historia a su bendito antojo. (Obviamente no solo me llevaría mis libros preferidos tu bien lo sabes….).

Tiempos estos de crisis y no sólo económica, sino también de valores, de principios y objetivos en los que se ponen de moda también los revisionistas que lo mismo te argumentan la inexistencia de los campos de exterminio nazis, que te hacen ver que la República era un nido de fantoches asesinos que te dejan clarito que si no es por Francisco Franco hoy poco menos que iríamos con turbante, nuestras féminas enfundadas en burkas o esto sería Cuba II.

Me meto en camisa de once varas después de que el lunes 19 de julio de 2010, 74 años y un día después del llamado Alzamiento Nacional, que no fue otra cosa que un golpe de estado en toda regla…si, si, efectivamente, como el que dio Esperanza Aguirre y sus secuaces en Madrid, pero sin armas….(ahora recuerden que los golpes de estado en el siglo XXI se dan a golpe de billetera, de la misma forma que en el XIX se daban a caballo o en el XX con pistolita y bigotón….que me voy por los cerros de übeda… pues 74 años y un día después de aquel golpe de estado que provocó una de las mayores represalias en todo el territorio nacional, siendo especialmente cruenta en Granada y donde asesinaron a Federico García Lorca, algunos, a cuenta de oscuros intereses, siguen intentando manchar su nombre y, lo que es más grave, las circunstancias de su asesinato.

Emilio Ruiz Barrachina, en un documental sobre la vida de Luis Rosales, recobra una entrevista que el hispanista Ian Gibson le hace al autor de “La Casa Encendida” en 1966 en las que el poeta asegura que Federico era amigo de Jose Antonio Rrimo de Rivera y que estaba deseando que llegase una dictadura. Punto y pelota. Habrá que ver el documental integro, pero haber sacado esa entrevista de su contexto histórico y haberle dado seña de identidad dice más bien poco de un investigador que se precie. De todos modos, fiarse de un señor en cuyo libro y película “El Discípulo” aparece un Jesucristo cojo viniendo a sacar la siguiente conclusión…si Jesús no salió corriendo del huerto cuando lo iban a apresar mientras los otros discípulos no se quedaron por allí más de lo necesario nos indica que el Mesias tenía problemas en las piernas. De la misma forma, si Luis Rosales, Falangista y franquista de por vida, con familia falangista y Jefes de la Falange de Granada en el año 36, sobre el que siempre cayeron aceptables dudas sobre el verdadero papel que su familia tuvo para salvar a Federico de las balas asesinas, cuya familia nunca más quiso saber absolutamente nada de ellos dice las barbaridades que dice en una entrevista hecha en plena dictadura…pues las tomo como buenas y lanzo una bomba de relojería para que mi documental sea conocido por el gran público y no pase tan desapercibido como pasó “El mar deja de moverse” en el que se volvía a mirar a la familia de Federico como los culpables de su muerte y no centrando el objetivo en quien realmente provocó aquel luctuoso suceso.

No haría falta demasiadas líneas para saber que Federico era un hombre de izquierdas, que había firmado manifiestos antifascistas, que sabía que habían fusilado a su cuñado Montesinos Alcalde de Granada y que no comulgaba ni con la iglesia ni con la CEDA. Dense una vuelta por los papeles de Penón, por Marcelle Auclair, por supuesto por todo lo escrito por Ian Gibson y den un paseo por las páginas 8 y 9 del libro “El silencio de los Rosales” de Gerardo Rosales para darse cuenta que si Federico hubiese tenido amistad con Primo de Rivera la Falange hace muchos, pero que muchos años algo hubiese dicho…y los hermanos Rosales también….pero en el 36 no treinta años después.

Nueva vergüenza sobre una de las páginas más tristes de la historia de nuestro país. Una pena. Dentro de poco algunos dirán que Federico, como Kennedy, se pegó dos tiros…no aguantaron tanta presión y se suicidaron vamos….El revisionismo es lo que tiene.