viernes, 19 de junio de 2009

Vida

Hay un silencio en el asfalto de vidrios rotos. Una quemazón de labios arrebatados por el fuego de la sinrazón y le memoria. Un golpe seco de billetes numerarios que vomitan revoluciones adormecidas en el último encanto de los paisajes.
Ayer fuí fuego de voluntades, de manos abiertas al futuro, de esperanzas guardadas sobre las llagas de los días; grito enorme y escapulario de los que se adormecen en los ojos cerrados del ensueño. Ahora vengo roto, golpeado por el mortero de las monedas y acertando para recorrer los armarios de los mezquinos.
No tengo más manos que las que muestro. Estos son mis labios pintados de alegría y una sonrisa dibujada que siempre costó entonar en las noches de insomnio y lágrimas de incomprensión y demencia.
Hoy es vida. Hoy es delicia de pieles y caricia de los minutos que transcurren por las esferas del tiempo y la avaricia.
No pretendo la adormidera de los sueños, ni el grito desgarrador del niño que ansía el pecho vacío de alma y enredadera. Hoy, ahora, en el instante preciso en el que me hayo, en el minuto clave de la sinrazón de los corazones, en el lugar que evoca las manos abiertas, digo que sigo estando vivo, que sigo amando como un niño, que sigo percibiendo labios, que sigo agitando los pañuelos de tus versos.
Hoy es el tiempo del silencio. Hoy se que no estoy para abrazos que recobraré mañana. Hoy cierro los ojos y resuenan en mis oídos un entrelazar de manos para pretender el olvido
Persigo la memoria y la vida. Los labios, los brazos y los ojos del tiempo. Hoy soy un hombre herido que calma su rostro con el agua del tiempo y la memoria.
Mañana, afortunadamente, vuelve de nuevo la soledad que con tu beso furtivo se hace tiempo y color sobre el silencio de las luces.
http://www.youtube.com/watch?v=Yb97moTCm8A
Punto y seguido

miércoles, 17 de junio de 2009

Se empieza por la mosca...

Realmente impresionante. Si todavía no han tenido la suerte de verlo, abran el buscador que más le guste o el periódico digital de su conveniencia y busquen “Obama mosca”, “la mosca de Obama”, “matamoscas Obama” o cualquier simpleza por el estilo, modelo la cantidad de absurdeces que corren por la red y se encontrarán algo diferente.
El Presidente Obama, durante una entrevista para la televisión desde La Casa Blanca, es molestado por una de esas moscas televisivas que me imagino que van siempre al calor de los focos, y el “Jafazo del mundo mundial” en un gesto desde la más absoluta de las serenidades, deja que la mosca se pose en su mano derecha para, en un gesto de inusitada concentración y rapidez, aplastar al bicho con la mano izquierda. Tras el brutal asesinato -¿Cuánto tiempo pasará hasta que las Asociaciones de Defensa de la Mosca Común salgan a la calle pidiendo su dimisión?- Del bichito incordión, el Presi Planetario continúa con absoluta naturalidad respondiendo las preguntas de John Harwood, hasta que en un gesto cómplice dice “Ha sido impresionante, ¿no? Atrapé a la pesada”.
He vuelto a repasar el video varias veces fijándome en cada uno de los detalles y les confieso que no se qué conclusión sacar, ni adivino a llevarme a la boca alguna reflexión sesuda sobre el histórico momento.
Paso de la sonrisa cómplice, a la admiración por la serenidad del tipo, a la alucinación de si lo de que se pose en la mano derecha y la aplaste con la izquierda tenga que ver algo con la previsible visita del inquilino de la Casa Blanca a España, y me muevo por un tímido temblor al pensar que si eso hace con una mosca que le molesta que no hará el día que en algún país la cosa se tuerza un pelín de la línea fijada. Lo dicho, que no sé como tomarme el gesto
¿Tanta movida por el vuelo de una mosca?. Yo no digo nada pero ya saben ustedes lo del vuelo de la mariposa y la teoría del caos. Pues eso.

sábado, 6 de junio de 2009

Siempre Ahora

Alguien dijo que meditar es como volver a casa y es que “la meditación seriamente entendida supone un trabajo duro, a menudo frustrante y, sin embargo, profundamente satisfactorio, además de ser la más antigua y más nueva de las grandes aventuras que el hombre puede emprender. Espero que signifique para todos tanto como ha significado para mí”. Estas palabras entrecomilladas provienen del libro “Cómo meditar. Guía para el descubrimiento de sí mismo” que Lawrence LeShan ha publicado en la editorial Kairós y que recomiendo encarecidamente.

Vivimos tiempos duros ¿es que hay que recordarlo?. Estamos ante un cambio de era por el que muchos no se atreven a transitar, cuando dentro de no mucho se verán obligados a pasear sin más ayuda que el silencio por no darse cuenta a tiempo de ciertos movimientos que avecinan tempestades.

Aquellos que creemos en el ápice de las revoluciones, de la sencillez de los movimientos intempestivos que adornan nuestros días, los que sabemos que es necesario el galope del abrazo y el suave candor del beso para seguir viviendo, los que estamos convencidos de que las llaves que nos rompieron volverán de nuevo a abrir puertas, sabemos que ahora, más que nunca, es necesario el silencio de la sabiduría para ser conscientes de que nuevos tiempos se avecinan. Tiemblen los hombres que desnudan su fuerza por la derrota de lo que creen poder, tiemblen las mujeres y callen la laboriosidad de los labios de quien se hace mayúsculo en la pulcritud escondida de los baños.

A veces uno no tiene más remedio que creer en el cielo vacío para intentar responder a la fiereza de los ojos rendidos a la derrota, pero yo no me dejo ansiar por el barro ni la memoria de un tiempo de nauseas y cuchillos. Se como creas conveniente que debes ser. No hundas tus manos en la carne fría de los que no te corresponden, abre corazones a la alegría, besa los labios que rezuman vida, ama las manos que iluminan la derrota y acaricia las pestañas que mueven las horas.

Hace tiempo, un tiempo que recuerdo que no jugaba a la poesía y hoy, en el momento en el que “un silencio de trenes boca arriba” como escribiera Federico se quería hacer dueño de los días vuelvo a abrir las manos para gritar valiente que la vida es amigos y labios, libertad y miradas, dulces miradas en el tántrico juego de los días.

Vale (que es como Cervantes terminó su Quijote. Con un par que apuntaría Sabina)