jueves, 14 de febrero de 2008

Costumbres

“Cuando el tejado de tu casa hace aguas, la chimenea no da calor y te aplasta el horizonte, no te queda otra que mirar lejos y echarte al camino. Eso es lo que hizo Anastasia Saroka cuando a, a los 21 años, vio que no tenía futuro en Bielorrusia. En su pequeña ciudad de Molodechno, a 70 Km de Minsk, había soñado con trabajar en un taller mecánico, pero o no había empleos o los qu había se pagaban mal. “En mi país, para una chica joven no hay ni presente ni futuro”, dice, “no me quedaba otra que emigrar y, además, me apetecía ver el mundo. Yo no elegí España, fueron las circunstancias: una amiga tenía aquí algunos contactos y era lo más fácil. Ahora creo que tuve suerte.”

Esto es, tan solo, un ejemplo de uno de los miles de inmigrantes que han ido llegando a nuestro país. Anastasia es pintora de coches y el texto que aparece en la cabecera de este post es parte de un artículo aparecido en la revista “Yo dona” del pasado viernes.

Gente que llega con la ilusión de una vida nueva, de salir de la miseria, de conocer mundo, de verse forzado a salir de su tierra dejando, incluso, a su familia en el país de origen –conocí a una mujer en Madrid que llevaba 4 años sin poder ver a su hijo al que había dejado con 3 añitos a cargo de los abuelos en Ecuador-. Personas, seres humanos que tratan de llegar a nuestras costas huyendo de la barbarie, del hambre y de la sinrazón. Por cierto que viajan en pateras y no en barcos de lujo.

Recomiendo que vean con tranquilidad la serie “Vientos de Agua” de Juan José Campanella que pueden encontrar en DVD porque Telecinco la suprimió hace tiempo ¿nadie se preguntó el motivo?. Si los inmigrantes de este país pudiesen sindicarse cualquier día de estos, otro gallo cantaría.

Frente a esta realidad creciente, porque estamos haciendo que la brecha de la pobreza siga haciéndose cada día más profunda, el Partido Popular con Don Mariano a la cabeza y seguido del tropel de involucionistas que le acompaña, propone ahora un contrato para los inmigrantes, provoca con declaraciones incendiarias una imagen delictiva y crea problemas que en realidad no existen para hacer una peligrosa política como es la demagogia populista. ¡¡Cuidado!! Porque este nuestro país, maravilloso donde los haya, delicia de paraíso por muchas cosas que sería material para unos centenares de post, es también un país –mira que me fastidia dar la razón a veces a Sánchez Dragó- con un peligroso fondo de racismo analfabeto, envidioso, mal educado y demasiado iletrado. De esta forma es más fácil salir diciendo que hay que colgar de los mismísimos a los delincuentes en la plaza del pueblo que hacer pedagogía social y política. Pues bien, el PP ha elegido la línea demagógico populista. De corazón espero que el 9 de marzo gane quien, como decía hace unos post, debe ganar sobre todo y entre otras cosas, por higiene democrática. No quiero seguir dando la razón Sánchez Dragó acerca de la parte negativa de este nuestro país.

Por cierto, ¿a que costumbre se refiere el PP? A la de tirar cabras por los campanarios, apalear a las mujeres hasta matarlas, explotar a los trabajadores hasta límites inhumanos, pasarse un día entero tirando tomates a la calle cuando media humanidad se muere de hambre, ser el país que menos lee, menos va al cine y pasa de cualquier tipo de exposición o aquello que tenga el más mínimo olor a cultura, calentarse los ojos hasta reventar viendo inmundicias por la tele, soportar a periodistas haciendo gala de grandes profesionales cuando hacen programas cuyo calificativo va mas allá del de basura, etc, etc..

Antes de poner el punto y final de este post, otro por cierto al hilo de haber terminado de leer “Duelo de Titanes” el libro de Lucía Méndez sobre el enfrentamiento entre Aguirre y Gallardón. ¿A partir del 10 de marzo, cuando pierda Rajoy y estos dos se den más de bofetadas por el temita de la sucesión, contará Gallardón y Manuel Cobo que saben del golpe de Estado-cheque que dio el PP en Madrid en junio de 2003?. Venga Gallardón majete, se valiente y canta.

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