Pocas horas quedan ya para dar el cerrojazo a esta campaña electoral. Termina una fiesta más de la democracia con el aliciente, además, de haber tenido debates electorales que el PP había silenciado durante tantos años. Me gustan las campañas electorales. He tenido la oportunidad de vivir unas cuantas desde la sala de máquinas y otras tantas como ciudadano de a pie y cada vez me apasionan más.
Esta ha sido especial en todo aquello que ha tenido relación con las Nuevas Tecnologías de la Información y las Comunicaciones. La campaña de internet, del trajín de los sms, de las nuevas formas incipientes de movilización. ¿cómo será la del 2012?. La verdad es que nos enfrentamos a nuevos retos realmente apasionantes. Entonces estaremos metidos en el mundo de la Televisión Digital Terrestre a la que habrá que ir pensando en nuevos contenidos, formas e interactividad, la Alta definición nos seguirá dejando boquiabiertos, Internet habrá ganado en velocidad y estará, seguramente, ya en nuestros televisores. Desde el lunes mismo habrá que ir trabajando sin prisa pero sin pausa para hacer llegar a los ciudadanos –y no solo en Campaña electoral- nuestras ideas, los proyectos y las ilusiones por un mundo más justo y solidario.
Fin de la Campaña. Mañana será un pequeño paréntesis antes de la emoción del día D. Es momento de reflexión, de reflexión serena de lo que han sido estos días. A nadie se le escapa que toda fiesta de la democracia tiene mucho de fuegos de artificio, de concentración de pasiones, ideas y propuestas, de marketing electoral y de puesta en escena de palabras y personas; es lo normal y así debe seguir siendo.
Lo que ya no es tan normal es la labor que ha hecho el Partido Popular, tanto en toda legislatura, como durante estos días. No son de recibo las formas broncas, chulescas e insultantes que hemos vivido. A nadie le puede sorprender que los partidos nacionalistas pidan cada vez más competencias y más autogobierno aunque ya dispongan de más espacio que muchos Landers alemanes, a nadie puede sorprender que el Partido Popular esté en contra de la labor del Gobierno o que hagan campaña de sus ideas y propuestas aunque no nos gusten. Al fin y al cabo son las suyas y es a su potencial electorado a quien se dirige. Lo que ya no es normal es la forma en la que lo han hecho.
El domingo tenemos la oportunidad de decirles que ya no queremos saber más de esa forma de hacer política. Soy de los que piensa que-por fin- Mariano volverá a casa y se abrirá una buena crisis en el PP, crisis necesaria y buena, pero para ello no nos olvidemos que el domingo tenemos que ir a votar y, de paso, llevarnos de la mano a ese o esa que conocemos y que anda un poco despistadillo/a sin saber que papeleta escoger.
Hasta aquí hemos llegado. Eso es todo amigos. A punto de caer el telón de otra fiesta más. Una fiesta de orgullo democrático. El lunes habrá que seguir trabajando para ir cambiando nuestro entorno. No más crispación, no más caras largas, no más terror. Solo la convivencia hacia un mundo mejor. Yo me quedo con la sonrisa frente al golpe de mano intransigente, la alegría frente al constante enfado, la serenidad frente a la mueca crispada, la tolerancia frente a la imposición. Yo quiero estar en el Siglo XXI ¿y tu?
Esta ha sido especial en todo aquello que ha tenido relación con las Nuevas Tecnologías de la Información y las Comunicaciones. La campaña de internet, del trajín de los sms, de las nuevas formas incipientes de movilización. ¿cómo será la del 2012?. La verdad es que nos enfrentamos a nuevos retos realmente apasionantes. Entonces estaremos metidos en el mundo de la Televisión Digital Terrestre a la que habrá que ir pensando en nuevos contenidos, formas e interactividad, la Alta definición nos seguirá dejando boquiabiertos, Internet habrá ganado en velocidad y estará, seguramente, ya en nuestros televisores. Desde el lunes mismo habrá que ir trabajando sin prisa pero sin pausa para hacer llegar a los ciudadanos –y no solo en Campaña electoral- nuestras ideas, los proyectos y las ilusiones por un mundo más justo y solidario.
Fin de la Campaña. Mañana será un pequeño paréntesis antes de la emoción del día D. Es momento de reflexión, de reflexión serena de lo que han sido estos días. A nadie se le escapa que toda fiesta de la democracia tiene mucho de fuegos de artificio, de concentración de pasiones, ideas y propuestas, de marketing electoral y de puesta en escena de palabras y personas; es lo normal y así debe seguir siendo.
Lo que ya no es tan normal es la labor que ha hecho el Partido Popular, tanto en toda legislatura, como durante estos días. No son de recibo las formas broncas, chulescas e insultantes que hemos vivido. A nadie le puede sorprender que los partidos nacionalistas pidan cada vez más competencias y más autogobierno aunque ya dispongan de más espacio que muchos Landers alemanes, a nadie puede sorprender que el Partido Popular esté en contra de la labor del Gobierno o que hagan campaña de sus ideas y propuestas aunque no nos gusten. Al fin y al cabo son las suyas y es a su potencial electorado a quien se dirige. Lo que ya no es normal es la forma en la que lo han hecho.
El domingo tenemos la oportunidad de decirles que ya no queremos saber más de esa forma de hacer política. Soy de los que piensa que-por fin- Mariano volverá a casa y se abrirá una buena crisis en el PP, crisis necesaria y buena, pero para ello no nos olvidemos que el domingo tenemos que ir a votar y, de paso, llevarnos de la mano a ese o esa que conocemos y que anda un poco despistadillo/a sin saber que papeleta escoger.
Hasta aquí hemos llegado. Eso es todo amigos. A punto de caer el telón de otra fiesta más. Una fiesta de orgullo democrático. El lunes habrá que seguir trabajando para ir cambiando nuestro entorno. No más crispación, no más caras largas, no más terror. Solo la convivencia hacia un mundo mejor. Yo me quedo con la sonrisa frente al golpe de mano intransigente, la alegría frente al constante enfado, la serenidad frente a la mueca crispada, la tolerancia frente a la imposición. Yo quiero estar en el Siglo XXI ¿y tu?
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