lunes, 24 de marzo de 2008

La España de tod@s

Fin de la Semana Santa. Renovación de la rutina –ella es la madre de la serenidad- y vuelta a las cotidianas labores. Les diré, por si no lo había hecho antes, que si he de encasillarme –no me gusta mucho lo de buscar casillas en las que guarecerse- me considero un “rojo”, un tipo de izquierdas, un “echao palante” del progresismo, pero eso no está reñido con que me apasiona la Semana Santa –esencialmente la de Granada-. Les contaré que me lo he pasado en grande asistiendo a los desfiles procesionales, que me emocionan todas y que adoro especialmente la de los gitanos y he sentido un flechazo con la de la Alhambra y que subiré siempre al bosque de la Alhambra y la seguiré en su descenso por las calles de Granada, que me cruje la piel cuando suena el himno nacional y ondea nuestra bandera, que me engalano entero por dentro cada vez que suena una guitarra o escucho un cante flamenco o se desgrana la liturgia de una buena copla. Si, soy español, español profundo y adoro esta tierra construida entre todos a veces a golpe de mortaja.

Digo esto al hilo de la nueva época que se abre a partir del 9 de marzo. No quiero seguir aguantando a los mismos de siempre, a los ultramontanos de la derechona de todo color y calibre, apropiándose de los símbolos que son también nuestros, es decir, de tod@s. Quiero, señor Presidente, ahora que seguimos adelante con nuestro proyecto, que contestemos con contundencia y firmeza a cualquier ataque demagógico que venga de este sindicato de la maledicencia. Ya está bien de enarbolar la bandera nacional como solo suya, de desgañitarse por el himno –lo prefiero sin letra- y de partir por la mitad nuestra identidad.

Yo reclamo mi parte de orgullo aún siendo un “rojo” de aquí no te menees. Por cierto, a la iglesia me la pone en su sitio señor Presidente. Adoro la Semana Santa pero de confundir nada, Una cosa son las creencias de cada uno y otra la pasta. Revisemos los acuerdos cuando menos.

Otra cosa, que por pedir no quede, ¿Dónde hay que firmar para que Aznar sea juzgado por genocidio?. Yo puedo comprender que alguien que ha metido la pata hasta el fondo, aún teniendo que pedir disculpas a quién engañó, no diga nada y se calle marchándose de rositas, pero si lo que hace es retomar la función en un acto de chulería impresentable diciendo que en Irak las cosas van bien, lo justo es que “hasta aquí hemos llegado” pague por lo que hizo. Poner una zona crucial de la seguridad mundial patas arriba y vanagloriarse de ello estando como están las cosas allí debería tener su castigo.

“Pa chulo yo, oyes”.

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