Yo prefiero La Oca

Aunque me envuelva en la modernidad más absoluta y esté plenamente convencido de que todo aquello que tenga que ver con las Nuevas Tecnologías es el presente y, cómo no, el futuro, no por ello dejo de pertenecer –los años mandan- a la archiconocida Galaxia Gutenberg y a la que no estoy dispuesto a dar esquinazo en dos digitales –por lo de tocar- vertientes, como son los libros (paseo por cualquier librería las veces que puedo y en Granada no abandono mi visita a Babel Libros donde Javier atiende siempre con exquisitez y buen gusto) y los periódicos (el saludo a Flora cada mañana es parte de mi vida). En sueños juveniles me ví siempre como periodista hasta que la selectividad me tumbó por los derroteros de la Ciencias Políticas, pero nunca he dejado de sentirme tal en mi visión de los aconteceres.

Fui niño de “ABC” –mi primer periódico lo compré con 12 años- porque venía grapado y porque las páginas de Cultura son de lo mejorcito, pasee mi vista y mis manos por aquel “El Independiente” de Pablo Sebastián y di la bienvenida a “El Sol”, caí en las manos de “El Mundo” cuando sonaban los clarines del fin de la era Felipe y siempre tuve entre mis manos, cada mañana “El País”, y ahora, de vez en cuando, me arrimo también a “El Público” buscando puntos de vista y algo de frescura. Hoy, además, desde que vivo en la Granada de mis amores, cada mañana entran en casa, como dos soles, “El País” e “Ideal”, por aquello de compensar, a los que se suma, los viernes “El Público” y los domingos “El Mundo”.

Y ahí es donde yo quería llegar, a como, la mala leche y la persecución de una Institución que últimamente está blandita, puede ser ejemplo de cómo cargarse la más absoluta objetividad y buen hacer periodístico. No nos engañemos, en España, la Monarquía pasa por horas débiles aunque no quiera reconocerse y todo por la maldita idea de “hacer una monarquía para el siglo XXI”. Tiempo habrá de comentar otro día, pero donde me quiero quedar es en la portada de “El Mundo” de ayer domingo. Destacaban una entrevista en páginas interiores a Doña Pilar, hermana de Don Juan Carlos, destacando estos tres titulares: “Pues sí, los periodistas dicen muchas chorradas y se inventan verdaderos cuentos de hadas”, “En el Rastrillo somos conservadoras, tradicionales y capitalistas. Y a mucha honra” y “Las familias reales son como un ajedrez. Está el Rey, la Reina, y los demás, los peones”.

Tras la indignación, te vas a páginas interiores y la supuesta entrevista la firma Mª Eugenia Yagüe, pseudoperiodista de la bazofia televisiva que ha hecho de la prensa del corazón, la de la caca y los higadillos, y la supuesta entrevista son cuatro palabras sonsacadas a golpe de carrera y fuera de contexto. Una bufonada más a la que nos tiene acostumbrados el nuevo periodismo de investigación de Pedro Jota y compañía.

Lo primero que pensé es que como juego prefiero La Oca en la que puedes votar cada vez que tu ficha cae en ….”y tiro porque me toca”, y en la cárcel te estás unas partidillas sin jugar. Un juego en el que todas las fichas son iguales. Leído el articulito del frente antimonárquico decido dar una tregua y jugar, por ahora, al ajedrez, siempre y cuando el Rey –negro o blanco- ponga sus peones (se refería Doña Pilar a los miembros de la casa Real y no a los ciudadanos como daba a entender El Mundo) en su sitio y reparta esparadrapos, cada mañana, en el desayuno de Palacio. Silencio, se rueda…y seguimos jugando a las pelis monárquicas. Juancarlista de pro y soñador por la Oca de la III República cuando las circunstancias así lo demanden, que ya vamos siendo mayorcitos.