lunes, 23 de febrero de 2009

Al Alba

Resuenan, hoy más que nunca, las notas y la letra de aquella canción de Luis Eduardo Aute, veintitantos años después de dos hechos que marcan la historia de nuestros días. Hoy recordamos, incluso con humor y grandes dosis de imaginación http://www.23-f.com/ la historia de un golpe de Estado tan lamentable como todos aquellos que estuvieron implicados en semejante intento de asesinato de la recién estrenada Constitución. Una intentona zafia, casposa, de botijo y pandereta que tuvo a España entera en el alambre de la desesperación. Ganó quien tenía que ganar. La España de bien, la de la Libertad, la de las ganas de salir adelante por encima de la impresentable derecha que, por desgracia, aún sigue latiendo, aunque es justo decir que sin la fuerza de aquellos días. Pero no olvidemos la historia. Miremos por ejemplo a Italia al fascista de Berlusconi y La Liga Norte que van, poco a poco, preparando sus golpes de mano contra el Estado de derecho. Miremos a una Esperanza Aguirre que sigue siendo Presidenta de una Comunidad después de un oscuro hecho que abría la posibilidad de montar los nuevos golpes del Siglo XXI, los de talón y chequera.

La democracia, la Libertad de un país, no es gratuita. Hay que seguir luchando cada día, cada momento. Hoy, aquél 23 de febrero, es ya una historia pasada. Hoy sabemos que sería imposible algo así, pero no por ello debemos de bajar la guardia contra los nuevos fascismos, contra los que alzan el brazo del racismo, contra la violencia de los descerebrados.

Pero también hubo otro 23 de febrero, otro 23-F que sigue rompiendo nuestros corazones. En 1984 moría salvajemente asesinado el Senador Enrique Casas. Y esto, por desgracia, no es historia. Es presente inmediato, sinrazón desvergonzante, acuchillamiento de almas y corazones, ruptura de libertades y golpes contra la paz y la libertad. Hoy ETA sigue ahí. En el duro presente de las armas y las revoluciones estúpidas contra el Pueblo Vasco que merece siempre la Paz y la Libertad.

Dos 23-F que hemos siempre de tener presente en nuestra memoria. Uno para que no vuelva más y otro para que desaparezca de una vez por todas. Contra la violencia y la sinrazón, por la Libertad y la democracia.

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