martes, 3 de marzo de 2009

La Canasta de Patxi

Este fin de semana hemos podido ver en la prensa algunas fotos que marcan el inicio de una nueva era. Por lo menos eso es lo que muchos pensamos que deben significar esas imágenes. En un mundo en crisis estructural, en el que la política, como tantos otros aspectos de la vida, tienen su declive y particular crisis, es de agradecer ver al Presidente de la primera potencia, al soñador Obama, con una cervecita en la mano disfrutando, como cualquier otro ciudadano, de un buen partido de baloncesto y alegría da ver a Patxi López, sentado en la grada de otro estadio celebrando la canasta de su equipo. Repito, como un ciudadano más.

En otro orden de cosas, hay fotos que matan y ese ha sido el caso de la imagen de Quintana en un yate acompañado de un amigo empresario al que, además, había adjudicado algunos trabajos de la Xunta, y la estupidez de Bermejo en la cacería de Berlanga. Uno ya ha dimitido, el otro no se a que espera.

Cuando escribo estas líneas, Patxi, el que, según parece, será próximo Lendakari, habla en rueda de prensa de sus planes de futuro para gobernar una Comunidad con los problemas que todos sabemos. No me fijo en sus palabras, ni en su mensaje, ni en sus propuestas (me gustan) sino en su forma de presentarse, de moverse, de estar, de hacer, de hablar. Es la imagen que estos nuevos tiempos necesitan para salir de la crisis. Yo estoy cansado de cabezas bajas, gestos resignados, mensajes apocalípticos y miserias humanas producto de avaricias pasadas de las que cada uno debe ser responsable. Quiero cabezas altas, ganas de avanzar, de aprender, de estar, de emerger, de crear nuevos retos y nuevas expectativas que se abren ahora.

No estoy uniendo Patxi con Obama. Dos mundos, dos modos diferentes de entender la política, de hacer y sentir. Hablo de lo que queremos los ciudadanos que sean los nuevos tiempos. La política de cercanía, los que no se aíslen en la frialdad del coche oficial, los que bajen a la arena aunque no sean periodos electorales, los que se tomen un café en el bar de la esquina…

Estos han de ser tiempos de humanización y Patxi está siendo un buen ejemplo.

Próximo Lendakari, señor López, como le decían a Zapatero aquella noche que discurrió entre la alegría, la esperanza y el dolor de la barbarie, “no nos falles”, apunta bien, relaja las manos, coge fuerte la pelota y lanza bien para que entre, de una vez por todas, la canasta de la paz.

1 comentario:

Bomarzo dijo...

La imagen de Obama y Patxi también la he relacionado... Que no nos falle, pero sobre todo que no falle a Euskadi. Es una tierra necesitada de esperanza.
Buena entrada, amigo.