Comienzo la lectura del famoso libro de Stallman “Software libre para una sociedad libre” después de cerrar la última página de “La alquimia de las Multitudes” de Pisani y Piotet, recién publicado por Paidós y en una rápida mirada a los libros por los que he caminado últimamente y que aparecen amontonados por las estanterías de la librería, me doy cuenta de por donde caminan últimamente mis inquietudes.
Asoma la portada oscura de “Cibersociedad” de Luis Joyanes que la editorial McGrawHill publicó a finales de los 90 añadiendo el subtítulo de “Los retos sociales ante un nuevo mundo digital”, “Blogs” de ESIC con varios autores haciendo un excelente trabajo de divulgación de las nuevas bitácoras que pueblan la Red y en primer plano un iniciado volumen titulado “La práctica de la atención plena” de Jon Kabat-Zinn de la editorial Kairos que nos sumerge en la tarea de aprender a dar valor al momento presente y autorrealizarnos como seres humanos practicando la meditación.
Estamos ante el mundo del bit, de la virtualidad, de lo no material, del poder del cambio generado por la introducción de las Tecnologías de la Información y las comunicaciones que están posibilitando lo que se ha dado en llamar “distancia cero” entre los individuos, la proliferación de las Redes Sociales, un nuevo concepto de individualidad colectiva y un sentido de la privacidad que rompe las barreras que otras generaciones se había impuesto. Es la era de la horizontalización del poder y las relaciones sociales
Tenemos el poder de cambiar la realidad en la que estamos. Nos hablan de crisis (volviendo a Kabat-Zinn recomiendo encarecidamente su libro “Vivir con plenitud las crisis”) dando siempre un sentido negativo a estas, cuando de lo que se trata es de caminar para reconducir nuestras vidas hacia un mundo más humano, mas hecho a la medida de la naturaleza, simplemente más sencillo. Hoy, cualquiera de los que estamos ante este mundo de “las pantallas” disponemos de una fuerza descomunal para, en la meticulosa práctica del Kaizen, ir cambiando nuestro entorno sin esperar a que sean otros quienes lo hagan. Somos ahora más actores que nunca.
Contamos y mucho. Hemos de saber aprovechar estas nuevas herramientas y espacios para, como señala Antoine Sire en el Posfacio de “La Alquimia de las multitudes”, surjan nuevas maneras de vivir y de pensar, aspiraciones y deseos completamente nuevos y, añado yo, que transformen nuestro mundo enfermo hacia una nueva sociedad más justa y equilibrada. Disponemos de las herramientas, nuestra voz puede llegar más lejos que nunca en el menor tiempo imaginado. Cada uno de nosotros, como “webactores” del nuevo mundo, tiene una ingente tarea de la que dependerá el impulso hacia el progreso o a golpearse con el muro de la catástrofe.
Humanizar la red es tarea de todos. Despertar la nueva conciencia debe ser la utopía realizable y es ahora, como elementos iguales en el nuevo mundo de la interconectividad, cuando es posible. Recuerden el aleteo de la mariposa….
Asoma la portada oscura de “Cibersociedad” de Luis Joyanes que la editorial McGrawHill publicó a finales de los 90 añadiendo el subtítulo de “Los retos sociales ante un nuevo mundo digital”, “Blogs” de ESIC con varios autores haciendo un excelente trabajo de divulgación de las nuevas bitácoras que pueblan la Red y en primer plano un iniciado volumen titulado “La práctica de la atención plena” de Jon Kabat-Zinn de la editorial Kairos que nos sumerge en la tarea de aprender a dar valor al momento presente y autorrealizarnos como seres humanos practicando la meditación.
Estamos ante el mundo del bit, de la virtualidad, de lo no material, del poder del cambio generado por la introducción de las Tecnologías de la Información y las comunicaciones que están posibilitando lo que se ha dado en llamar “distancia cero” entre los individuos, la proliferación de las Redes Sociales, un nuevo concepto de individualidad colectiva y un sentido de la privacidad que rompe las barreras que otras generaciones se había impuesto. Es la era de la horizontalización del poder y las relaciones sociales
Tenemos el poder de cambiar la realidad en la que estamos. Nos hablan de crisis (volviendo a Kabat-Zinn recomiendo encarecidamente su libro “Vivir con plenitud las crisis”) dando siempre un sentido negativo a estas, cuando de lo que se trata es de caminar para reconducir nuestras vidas hacia un mundo más humano, mas hecho a la medida de la naturaleza, simplemente más sencillo. Hoy, cualquiera de los que estamos ante este mundo de “las pantallas” disponemos de una fuerza descomunal para, en la meticulosa práctica del Kaizen, ir cambiando nuestro entorno sin esperar a que sean otros quienes lo hagan. Somos ahora más actores que nunca.
Contamos y mucho. Hemos de saber aprovechar estas nuevas herramientas y espacios para, como señala Antoine Sire en el Posfacio de “La Alquimia de las multitudes”, surjan nuevas maneras de vivir y de pensar, aspiraciones y deseos completamente nuevos y, añado yo, que transformen nuestro mundo enfermo hacia una nueva sociedad más justa y equilibrada. Disponemos de las herramientas, nuestra voz puede llegar más lejos que nunca en el menor tiempo imaginado. Cada uno de nosotros, como “webactores” del nuevo mundo, tiene una ingente tarea de la que dependerá el impulso hacia el progreso o a golpearse con el muro de la catástrofe.
Humanizar la red es tarea de todos. Despertar la nueva conciencia debe ser la utopía realizable y es ahora, como elementos iguales en el nuevo mundo de la interconectividad, cuando es posible. Recuerden el aleteo de la mariposa….
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