jueves, 3 de noviembre de 2011

Fiesta

Mal que le pese a algunos y algunas, hoy, a eso de las 12 de la noche, comienza la fiesta de la democracia. Durante 15 días los partidos políticos, órganos de la representación popular, garantes de la estabilidad democrática junto con la sociedad civil y una de las más importantes vías para la transformación de una sociedad viva, darán cuenta ante los ciudadanos de las propuestas que piensan llevar a cabo durante los próximos 4 años.


Es cierto que estamos viviendo un momento histórico, puente entre una civilización y otra con una crisis arrolladora y aberrante que no hace otra cosa que, día tras día, provocar la incertidumbre entre todos porque, en el fondo, todavía nadie sabe muy bien cómo salir de esta especie de bucle irracional en el que la codicia y el todo vale nos ha inmerso.


Pero en este contexto no todos son iguales. La dialéctica izquierda-derecha sigue más vigente que nunca, no tanto por el modelo de reformas que piensan hacer en los próximos años, sino por la finalidad de esas reformas y eso, en el fondo, es lo que se dirime el próximo 20 de noviembre.
Una derecha cavernícola, casposa, enamorada del modelo neoliberal más radical de Europa, abrazada a la Patronal que pide “sangre de currito” por los cuatro costados, ávida de vender hasta el último ápice de todo lo que huela a público frente a una izquierda que golpeada por los acontecimientos y, es cierto, aún perdida en esta vorágine, busca trabajar por el mantenimiento de un Estado de Bienestar que tantos años nos ha costado poner encima de la mesa, y busca, sobre todo, el bien común frente al de unos pocos…los de siempre.


El principal problema de cara al 20N, es que mientras el Partido Popular encarna desde el ala pseudomoderada de la versión centrista de una nueva Europa, a una cuna de un pastiche de ultraneoliberales y personajes siniestros de la ultraderecha social, económica, política y mediática que están dispuestos a cualquier cosa con tal de poner sobre la mesa sus atributos antidemocráticos para dar el golpe que haga falta con tal de mantener el rumbo de la privatización a ultranza, estamos ante una izquierda dividida en varios partidos políticos que se desvanece a la búsqueda de un voto hipercrítico que siempre pasa factura, aun sabiendo que en algunos momentos no ha habido más remedio que tomar algunas decisiones que, sin ser del todo acertadas, no buscaban otra cosa que evitar la hecatombe a la que, como estamos viendo, está abocada Grecia, por poner un ejemplo.


Hoy más que nunca, en estas cruciales elecciones, hay una línea clarísima entre la derecha y la izquierda y tú, con tu voto, vas a tener que decidir en qué lado del campo te sitúas. Votar en blanco, nulo o la abstención es agachar la cabeza y no hacer frente a lo que se viene encima.
Tenemos una gran democracia que, obviamente, y después de más de 30 años de recorrido necesita sus retoques y reformas para mostrar el deseo de lo que queremos que sea nuestra España de aquí a otros 25 o 30 años en un nuevo contexto global. Eso es lo que vas a decidir el día 20 de noviembre, si quieres una España vendida al mejor postor o una España de todos en la que compartamos el bienestar del que nos hemos dotado hasta hoy.


Cuando el domingo 20 de noviembre te levantes por la mañana, ten muy presente que el acto de ir a votar es gracias a mucha gente que ha muerto para que tú puedas ir al colegio electoral y depositar esa papeleta.


El día 21 de noviembre, sea el resultado que sea, hemos de hablar de la reforma de la constitución, de la reforma del Estado, de un cambio radical en la Ley electoral, de reformas en las organizaciones políticas, sociales, sindicales y empresariales y de tantas y tantas otras cosas.


Todo eso yo prefiero hacerlo con un gobierno progresista en el poder. Quiero poder exigir a un gobierno de izquierdas los cambios que son necesarios, quiero levantar la mano en mi partido para apostar por nuevas formas de hacer política, quiero que la gente del 15M siga haciendo propuestas y sentarnos a dialogar, quiero vivir en una España de paz social y en la que sigamos luchando a brazo partido porque casi cinco millones de ciudadanos y ciudadanas encuentren el empleo que se merecen en una nueva era que exige nuevos cambios, nuevos derechos, nuevas obligaciones y nuevas responsabilidades.


No quiero una derecha caciquil que vuelva a las andadas de sus mayorías absolutas, no quiero la humillación de sus gobernante que, cada vez que se arriman al poder, sacan sus armas de la degradación para hundir a la oposición mientras sueñan hacer realidad su España gris y antepasada.


Todo eso será posible según la papeleta que metas en la urna el 20N. Pero ahora, a partir de las doce de hoy, comienza la Fiesta de la democracia…esa que tanto soñaba mi abuelo desde los barrotes de una cárcel simplemente por soñar que un día, sus nietos, podrían, con su trabajo de defensa de la libertad, levantarse un domingo para ir a votar y tomarse después unas cañitas con la familia y los colegas.


Disfruta de la fiesta!!.

2 comentarios:

M.Samaniego dijo...

que no falte el espiritu, y aqui quedaran los que en verdad se comprometen por unas ideas

jcmontoya dijo...

Estimado Juno. Desde siempre, yo firmo mis articulos con mi nombre y mi cara y así lo hago en todos los foros en los que participo. Por supuesto que estaré encantado de publicar tus comentarios y deseando responder porque me gusta el debate, pero no admito mensajes cuyos autores no estén debidamente identificados. un saludo y gracias por tus comentarios