miércoles, 23 de abril de 2008

Arre Caballito.

De haberle dado una vuelta al nombre de la estatua que corona la fachada del Ayuntamiento de Granada, antiguo convento, Ramiro Megías, el autor de la susodicha, lo habría llamado “el instante presente”, “el aquí y ahora”, cosa muy zen y de los nuevos tiempos –no es broma aunque así parezca, reflexionen-, pero lo llamó “el instante preciso” que también nos vale.

Allí está la escultura, encendida sobre la fachada, silencio de cielos, aguantando carros y carretas aunque sólo sea un hombre sobre el caballo. Allí lleva ascendido desde diciembre de 2002, cuando yo ni siquiera imaginaba que tan pronto me vendría a vivir a esta bendita ciudad. Si recuerdo la diatriba que si sí que si no, que el caballo se queda, que lo quito, que lo subo…confieso que en el primer golpe de vista sonaba distinto ¿pero no es lo distinto lo que nos ha de valer?, ¿no estamos más que hartos del siempre lo mismo?. Recuerden el Louvre de París y su pirámide de cristal que empezó como “el instante presente” y ya es parte del museo.

Pero lo interesante de la materia, lo realmente llamativo es que de la mano del “curioso” alcalde se levanten ahora las grüas para buscar al caballito una nueva ubicación. ¿ahora?. Pues sí, precisamente ahora cuando las páginas de los diarios y las ondas y los tubos catódicos –que pronto se apagarán con esto de la modernidad plana y digital- levantan los adoquines del PP donde se ve la verdadera realidad de su gestión, es cuando deciden bajar la figurita.

Y digo yo, puestos a mover estatuas y figuritas ¿porqué el Partido Popular no lleva a cabo el mandato de la Ley de Memoria Histórica y retira la estatua que todavía queda en esta ciudad en homenaje a José Antonio, en pleno centro, junto al Palacio de Bibataubín?. A veces lo de piensa mal y acertarás suele ser cierto. Lo dicho.

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