Recomiendo dos lecturas muy diferentes, aunque en el fondo, aún tratando el mismo tema, los contenidos y la narración misma difieren una de otra. “El niño con el pijama de rayas” de John Boyne editado en Salamandra y andando ya por la 14 edición y “Un niño afortunado” de Thomas Buergenthal de la editorial Plataforma Testimonio. No se preocupen, son de lectura viva y rápida, y no les llevará mucho tiempo empaparse en sus historias.
Boyne crea una ficción sobre la historia de dos niños en un campo de concentración… y ahí se lo dejo, no vaya a ser que les ocurra como me pasó a mí el día que decidí acudir al cine a ver “los otros” de Amenábar…un diputado en el Congreso (no recuerdo quién) reventó el final de la peli al replicar desde su escaño a otro diputado (no, yo no he sido diputado, es que tengo la manía de seguir las crónicas parlamentarias). En el otro libro, Thomas Buergenthal, que llegó a ser Juez del Tribunal Penal Internacional, cuenta su vida cuya infancia pasó en varios campos de concentración nazis. Esto no es ficción, es la cruda realidad de la locura del ser humano.
Entre los dos niños de pijamas a rayas, llega la información de los hombres de las porras, los “divertidos” “seguratas” del metro de Madrid que se lían a palos, bofetadas y palizas con quien se pone a su paso y no les gusta su cara, sus maneras o vaya usted a saber qué. Ya sé que no todos son iguales, pero les aseguro que hay verdaderos salvajes entre ellos. Hace tiempo estuve colaborando con el Movimiento contra la Intolerancia y espero que algún día alguien haga caso a Esteban Ibarra y pongan cartas en el asunto porque los datos son tremendos. El caso es que Esperanza Aguirre, Presidenta de la Comunidad de Madrid, dice ahora que conocía lo ocurrido desde hace tiempo pero que no lo denunció y ahora pide disculpas. ¿En qué mundo nos estamos metiendo?. ¿Cuántos pasos hay de los niños con pijama a rayas a los hombres de las porras fáciles y las administraciones que miran para otro lado?.
Por favor, lean. Sobre todo para no ser como ellos....y ella
Boyne crea una ficción sobre la historia de dos niños en un campo de concentración… y ahí se lo dejo, no vaya a ser que les ocurra como me pasó a mí el día que decidí acudir al cine a ver “los otros” de Amenábar…un diputado en el Congreso (no recuerdo quién) reventó el final de la peli al replicar desde su escaño a otro diputado (no, yo no he sido diputado, es que tengo la manía de seguir las crónicas parlamentarias). En el otro libro, Thomas Buergenthal, que llegó a ser Juez del Tribunal Penal Internacional, cuenta su vida cuya infancia pasó en varios campos de concentración nazis. Esto no es ficción, es la cruda realidad de la locura del ser humano.
Entre los dos niños de pijamas a rayas, llega la información de los hombres de las porras, los “divertidos” “seguratas” del metro de Madrid que se lían a palos, bofetadas y palizas con quien se pone a su paso y no les gusta su cara, sus maneras o vaya usted a saber qué. Ya sé que no todos son iguales, pero les aseguro que hay verdaderos salvajes entre ellos. Hace tiempo estuve colaborando con el Movimiento contra la Intolerancia y espero que algún día alguien haga caso a Esteban Ibarra y pongan cartas en el asunto porque los datos son tremendos. El caso es que Esperanza Aguirre, Presidenta de la Comunidad de Madrid, dice ahora que conocía lo ocurrido desde hace tiempo pero que no lo denunció y ahora pide disculpas. ¿En qué mundo nos estamos metiendo?. ¿Cuántos pasos hay de los niños con pijama a rayas a los hombres de las porras fáciles y las administraciones que miran para otro lado?.
Por favor, lean. Sobre todo para no ser como ellos....y ella
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